Belinho

El mirador de la Señora da Guía es un lugar privilegiado donde podemos admirar una inmensa extensión de costa atlántica desde S. Bartolomeu do Mar hasta Viana do Castelo. Si volvemos nuestra atención hacia el interior, las elevaciones de la Sierra de la Nogueira, del Monte Crasto y de la Serra d'Arga nos hacen percibir que estamos en una lengua de tierra agrícola, encajada entre el mar y la arriba fósil, a la que se siguen los primeros relieves de monta en el sentido del interior del territorio. El paisaje agrícola de esta región está marcado por campos de gran fertilidad, capaces de hacer crecer cereales y hortalizas. Casi planes, espácidos y protegidos de los vientos por setos naturales o hechos por el hombre, estos campos son ricos desde la Edad Media y codiciados por todos. La estructura de propiedad es compleja, encontrándose situaciones en que las herencias sucesivas hacen del territorio una manta de retazos de propiedades. Los bosques de pequeñas dimensiones puntuan aún el paisaje, dejados como reserva de matorral, de caza y de protección contra los vientos que a veces fustigan esta tierra casi plana. A lo lejos podemos avistar el cordón de dunas, defensa natural de estos campos agrícolas contra los ímpetus, a veces violentos, del Atlántico. En el norte podemos ver el tramo final del valle del Neiva, límite del municipio de Esposende, y que contribuye también a la frescura y fertilidad de estas tierras.

En la Capilla de la Señora de la Guía existía una lámpara de aceite, volcada a occidente, que servía de faro a los navegantes que pasaban frente a la costa. En los tiempos actuales este punto de orientación se ha vuelto obsoleto, aunque el topónimo se mantiene. La actual capilla, inaugurada el 19 de mayo de 1974, surgió de un pequeño nicho de otros tiempos, y precedida de otra del siglo XVII, que se encontraba un poco al lado de la existente y que, por razones de conservación, demolido.

La tradición oral atribuye al Monte da Senhora da Guia dos leyendas curiosas. En una de ellas se explica la existencia de las imágenes de la Santa, una vez que durante las invasiones bárbaras, y más tarde musulmanes, este monte habría servido de refugio a las poblaciones, que habrían traído para su protección una imagen de Nuestra Señora de la Guía. Esta imagen habría sido resguardada en uno de los nichos de las fragas. Ya en la actualidad, por mediados de la década de 1970, la capilla fue edificada, creando mejores condiciones de culto.

Pero otra leyenda marca también este sitio. Dice también la tradición oral que, en la cueva del Monte Joya, también conocido por Monte Cabrero, habría vivido un monje en el siglo XIX. Este monje habitan la cueva durante el verano, ir a Lisboa precaución venta de lotería durante el invierno. La cueva en cuestión es una cavidad natural tallada en la roca, cuya entrada se encuentra junto a un enorme penedo en las proximidades de la Capilla. La entrada es estrecha y en el interior se pueden observar tres imágenes de Nuestra Señora.